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La revisión periódica del gas es una obligación que todos los usuarios de gas natural deben cumplir para garantizar la seguridad de la instalación. En este artículo te explicamos qué es, cuándo debes hacerla, quién la realiza y qué sucede si no la realizas.
La revisión obligatoria del gas natural es una inspección que se realiza cada cinco años para asegurar que tu instalación de gas se encuentra en perfecto estado de funcionamiento y cumple con los requisitos de seguridad. En el País Vasco, esta revisión se realiza cada cuatro años. Según el Real Decreto 984/2015, la persona titular del contrato de gas es la responsable de que se lleve a cabo esta inspección.
Además, debes saber que la revisión no es lo mismo que la revisión de la caldera o de otros aparatos térmicos, que tienen plazos y requisitos diferentes.
Si no realizas la inspección, la compañía distribuidora intentará realizar una segunda revisión. Si después de dos intentos no se lleva a cabo la inspección, podrían suspenderte el servicio de gas. Esto ocurriría tras una notificación con al menos 10 días de antelación, por lo que es muy importante que te asegures de realizarla dentro de los plazos establecidos.
Durante la inspección, se verifican varios puntos clave de la instalación para asegurar que todo esté en orden. Estos son los principales:
En instalaciones de mayor potencia, como las que superan los 70 kW, se realiza una revisión más detallada.
La revisión del gas puede ser realizada por técnicos autorizados, que pueden ser tanto de la empresa distribuidora como de empresas instaladoras autorizadas independientes. En cualquier caso, la empresa distribuidora es la encargada de avisarte con antelación para que puedas contratar el servicio que prefieras.
Si decides que sea la distribuidora quien realice la inspección, recibirás una notificación con la fecha y el horario de la visita. Si optas por una empresa instaladora, podrás elegir entre varias opciones, pero deberás contratarla con antelación.
El coste de la revisión depende de quién la realice. Si es la empresa distribuidora la que realiza la inspección, el precio suele estar entre 30 y 45 euros, dependiendo de la comunidad autónoma. Si es una empresa instaladora autorizada la encargada de la revisión, el coste puede variar según el profesional o empresa que elijas.
Si se detectan anomalías durante la revisión, se te notificará un informe con las correcciones necesarias. Las anomalías no pueden ser reparadas por la misma empresa que realiza la revisión, por lo que tendrás que contratar un servicio especializado para solucionarlas. Una vez resueltas, se emitirá el correspondiente certificado de inspección.
Aunque no es obligatorio, contratar un servicio de mantenimiento del gas puede tener muchas ventajas. Además de mejorar la eficiencia energética y reducir los costos, también te garantiza una mayor seguridad y menor riesgo de averías. Al contar con una empresa que realice revisiones periódicas, puedes evitar problemas mayores y asegurarte de que tu instalación siempre esté en perfecto estado.
En resumen, la revisión periódica del gas es una medida esencial para garantizar la seguridad de tu hogar y evitar inconvenientes con el suministro. Cumplir con esta obligación no solo te ayuda a cumplir con la ley, sino que también te brinda la tranquilidad de saber que tu instalación está segura y funcionando correctamente.
Si no has realizado aún la revisión del gas, no lo dejes para más tarde. Asegúrate de cumplir con la normativa para evitar problemas con tu suministro y garantizar la seguridad de todos en casa.