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Cancelar el suministro eléctrico es una decisión importante que requiere planificación para evitar sorpresas. Aquí te contamos todo lo que necesitas saber sobre el proceso, los costos asociados y las alternativas disponibles.
Solicitar la baja de la luz es un proceso irreversible. Si decides volver a contratar el servicio en el mismo inmueble, deberás iniciar el proceso desde cero, pagando costos como:
Derechos de extensión, acceso y enganche: entre 55 € y 200 €.
Boletín eléctrico (CIE): entre 100 € y 300 €, si la instalación no ha sido revisada en mucho tiempo.
Recomendación: Dar de baja la luz solo si el inmueble permanecerá vacío por un largo tiempo. Para situaciones como compraventas o alquileres, podrías explorar alternativas como el cambio de titularidad.
Contacta a tu compañía eléctrica: Puedes realizar el trámite vía telefónica, correo electrónico, formularios online o en oficinas.
Solicita un justificante: Es clave tener constancia del proceso para resolver posibles incidencias.
Factura final: Recibirás un último cobro por los días consumidos desde la última factura hasta la baja efectiva.
Para gestionar la baja, necesitarás:
Nombre, apellidos y DNI del titular.
Dirección del inmueble.
Código Universal del Punto de Suministro (CUPS): aparece en las facturas.
Cuenta bancaria (IBAN) donde se domiciliaron los pagos.
Tener una factura reciente a mano facilita el proceso.
Estar al corriente de pago: Las deudas pendientes deben ser saldadas antes de solicitar la baja.
Titular del contrato: Solo la persona registrada puede solicitar la cancelación. En caso de fallecimiento, será necesario presentar el certificado de defunción.
Permanencia: Verifica que tu contrato no tenga cláusulas de permanencia que puedan implicar penalizaciones.
Baja inmediata: Se realiza al momento de la solicitud.
Baja diferida: Puedes programar el corte en una fecha futura.
El tiempo promedio para completar el proceso es de hasta 15 días hábiles.
Costos: El trámite es gratuito, pero podrías enfrentar penalizaciones si incumples cláusulas contractuales.
Cambio de titularidad: Ideal en casos de compraventas o alquileres. Evita gastos de reactivación y simplifica el proceso legal.
Baja temporal del suministro: Algunas compañías permiten suspender el servicio sin cancelarlo definitivamente. Esto implica menores costos fijos.
Reducción de la potencia contratada: Adecuar la potencia a un uso esporádico reduce los costos mensuales.
Cambio de tarifa: Explora tarifas adaptadas a tus nuevos hábitos de consumo.
Evalúa si la baja definitiva es la mejor opción o si una alternativa puede ser más conveniente.
Revisa que no tengas deudas ni cláusulas de permanencia en tu contrato.
Contacta a tu compañía eléctrica y presenta la documentación requerida.
Espera la confirmación y paga la última factura de consumo.
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